Llevo semanas
pensando sobre aquello que quiero escribir en mi primer post. He reflexionado respecto de la línea que motive; la esencia
misma de lo que quiero explicar pero, sobre todo, me he esforzado por encontrar
el cómo respaldar el trabajo de Kreativeco, con un enfoque de auténtica innovación, y siempre con
la mira puesta en el desarrollo de nuevos productos.
Éste fue y sigue
siendo un mes complicado, uno en la que México ha elegido un nuevo
presidente de la República, optando por un cambio de rumbo. Los mexicanos
hemos demostrado mediante nuestro voto que sí podemos tener una Democracia real
y funcional. Hemos constatado que sí es posible el cambio de nuestro entorno y de
nuestro ámbito de acción. Nos ha costado trabajo entender que los cambios no
siempre son grandes, evidentes o espectaculares; sino que generalmente son
sencillos, pequeños o lentos. No se dan de un momento a otro. En sus inicios
nos dejan con la misma sensación de incertidumbre que nos invade al tomar cualquier
acción que pretenda un cambio.
A parte de mi
inquietud profesional, esta semana hice realidad mi tan soñado cambio de casa.
He dejado la ciudad de México para pasar un mayor tiempo en Playa del Carmen Q.
Roo. Después de haber vivido en ese mismo departamento durante más de 12 años, opté
por dejarlo ir… Me he separado por completo de la posibilidad de poder tomar un
avión con la certeza de que tengo un espacio, por pequeño que sea, que me
espera en la Ciudad de México con los brazos abiertos. Acepto que logré un
cambio muy difícil en mi vida, doloroso ciertamente, ya que dejo atrás una
parte muy importante de mí mismo. Estoy en proceso de cortar raíces, y
estoy dejando atrás parte de mi crecimiento emocional; mi espacio permanente y
seguro.
Tal vez estoy regresando
a la dinámica de cambio que tanto critiqué de la vida diplomática de mis papás
¡No! Es sólo una sensación ya conocida. Estos momentos son muy diferentes en
todos sentidos. Ahora se trata de una decisión propia. Hoy no tengo a quien echarle culpas: ahora sólo me
queda aceptar que fui yo quien lo decidió y que debo crear una nueva rutina de
vida, a sabiendas que mi lugar sigue ahí, pero no siempre que yo lo quiera.
Y aquí, sin
darme cuenta, entra Kreativeco y su naturaleza. Después
de analizar mis años de vida, de cambio de país en país en virtud del trabajo
diplomático de mi padre; y de estudiar Diseño Industrial, entendí que lo que
mejor que sé hacer, es manejar el cambio: Como dicen mis psicólogos, soy
muy resiliente, lo cual me hace
un individuo muy adaptable al cambio y a las modificaciones de fondo y
forma que puede sufrir mi vida.
¿Cómo traduzco
esta esencia vital a una empresa? Formé una empresa que se dedica a desarrollar
nuevos productos digitales y al
acompañamiento en el proceso de “change management” (como se dice hoy en día) que las empresas viven al instrumentar
una nueva herramienta o un nuevo producto.
En palabras de
seres humanos no corporativos, lo que hacemos es encontrar la mejor forma para
acompañar y hacer menos doloroso el proceso de cambio y adaptación que vive un
equipo de trabajo o empresa. Los cambios en las empresas, la toma
de decisión, y el generar responsabilidad sobre las decisiones,
conlleva una gran carga psicológica, y debemos entender que no todos
la manejamos de la misma forma.
En mi caso,
gracias a mi experiencia de vida, cada vez logro con más naturalidad el cambio;
se me ha hecho costumbre tomar nuevas decisiones. Sin querer, busqué un trabajo
en donde hago lo que pensé que nunca iba a repetir: mi vida de niño yendo de una
nueva adscripción a otra; en un cambio constante de país o de ciudad. Ahora
resulta que, para sentirme parte de una dinámica de cambio, me veo repitiendo
lo que tanto padecí de niño.
Ahora bien, es para Kreativeco
fundamental que, al comenzar un proyecto y tratar de vender una idea, tanto
nosotros como el cliente, lleguemos a un convencimiento compartido que nos
ponga en posibilidades de convertir la idea/producto en una realidad. Ese
aspecto de la responsabilidad compartida, se convierte por tanto en elemento
insoslayable en la toma de decisiones entre Kreativeco
y el cliente. Dado que, de no alcanzar ese convencimiento, el producto no llegará
al éxito deseado; ni tampoco lograremos liberar presión.
Es también una dinámica o un detalle fundamental
que cambia todo. Surge cuando se toman decisiones de vida, tales como mudarte
de ciudad y donde ahí encuentras una nueva vida. Hace que si tú no funcionas,
no puedas compartir responsabilidad. A ciencia cierta, no sé qué pasó en esta
nueva etapa de mi vida. Pero sí sé que
es el momento de empezar una nueva fase vital, generar nuevos productos, y dar
forma a nuevas facetas de la vida. Debo
también entender que mi vida a los 36 años, casi 37, también debe enfocarse a
disfrutar lo que ya he hecho y trabajado en los últimos 15 años de experiencia
profesional.
Esta nueva etapa debe ser mejor, debe buscar
espacios para disfrutar a la familia, para compartir la experiencia y los
éxitos. Buscar también espacios de descanso, de ejercicio físico, que son elementos
muy importantes para una buena salud. Disfrutar
mis rutinas con mis perros, entre otras cosas, porque son las que me generan
energía y me liberan del estrés diario de la toma de decisión.
Generar todos estos espacios es mi nuevo proceso. Es mi
nuevo estrés. Es mi nueva forma de ver el ¿Cómo?, el ¿Cuándo? Y el ¿Dónde? Creo ya haberlo definído.
Hoy Kreativeco y yo, debemos trabajar y echar
a andar los componentes de los nuevos
retos profesionales. Soy el líder de un
equipo de alto desempeño, que le responde a grandes empresas, más
competitivas, a las que debemos vender una forma de ver la vida profesional,
una ideología, nuevas estructuras de trabajo y, a su vez, en donde debo yo
también aprender a vivir. Racionalizar el esfuerzo y el trabajo excesivo. Que
el dinero no sea la única razón de mi esfuerzo. Quiero trascender por mis ideas,
mi forma de trabajar y la calidad y efectividad de mis proyectos.
Hoy entiendo que el dinero pasa a otro plano. El éxito se
convierte en el proceso de empezar a definir qué es transcender, qué es
ver a tu equipo de trabajo desarrollarse, haciéndolo parte de esta idea de
crecimiento de dos empresas ya no una; y seguir como hasta ahora en la
permanente búsqueda de socios que confíen en mí y en mis ideas.
Darles a mis empresas vida propia e independencia.
Ahora me queda claro que debo volver a mi proceso de
definiciones. Quizás, podrá ser tan sencillo como enfocarme a
escribir este blog, o como ha sido la creación de nuestro nuevo producto, FEEDM.
Entiendo y cuido a mi equipo de trabajo, al que tanto valoro.
Ser simplemente recordado en una conversación de mis clientes, es ya en sí
una gran satisfacción. Todo ello es la base de la innovación y del desarrollo
de nuevos productos.
Encontrarnos a nosotros mismos al enfrentar y
vivir las problemáticas personales diarias, y validar respuestas a
una nueva y mejor forma de ver la vida para vivirla mejor. Todo
ello entraña escuchar atentamente lo que nuestro cuerpo, nuestra cabeza y nuestra
alma nos quieren decir.
Luis Edgardo.
COMENTARIOS